Esta serie recoge las obras realizadas al final de nuestros estudios en Bellas Artes, donde partimos de fotografías realizadas en los exteriores de nuestra residencia familiar. Se trata de lienzos de mediano y gran formato que atienden a la frontera siempre ambigua entre figuración y abstracción, poniendo el foco en la posibilidad de reconocimiento de lo que vemos, así como en la sutileza y riqueza de las formas de la realidad. Pues estas proyecciones y reflejos aluden, ante todo, a la realidad como forma, como pura apariencia sensible, donde ya no existe horizonte de visión ni fondo ni figura, disueltas y equivalentes como están en una sola superficie. La alusión indirecta al jardín delimitado –paraíso artificial– nos habla del carácter ambivalente del hogar como cárcel y refugio.